En la pequeña finca que tenemos en Mendoza sufrimos los “cascotazos” de la naturaleza: heladas tardías que queman la florecita naciente, la pedrada de hielo cuya manga arrasa con todo, la crisis hídrica que data de 10 años, cuando llueve contra el dicho que en Mdz nunca llueve, y cuando la naturaleza te perdona la vida (pero la fruta no se puede recoger por el escaso precio al productor, caso de los deliciosos damascos que nunca llegarán al consumidor, que está ávido de disfrutarlos).

Esos años malos no aparejan descanso ni cese de inversiones.

Porque si a la planta no la riegas, no la podas, no la abonas, no le sacas las malezas, “se ofende” y se tira a la retranca: no te produce o lo hace a desgano.

Es por ello que en el campo, ante la crisis, cualquiera sea, no se puede hacer otra cosa que perseverar.

Una interesante nota en el portal web de noticias Infobae, da cuenta de la encuesta que un grupo habría realizado, bajo el título “El 80 % de las empresas PYMES aseguró que no volvería a invertir en un negocio en la Argentina”. A continuación anuncia que 300 pequeñas empresas de distintos rubros, si pudieran vender su compañía a un precio razonable, no reinvertirían su capital en el país.

Sigue diciendo el artículo que la presión impositiva y las secuelas de lo vivido en el año 2020 están desanimando a muchos empresarios. 

Y eso nadie lo duda. Pero también hay que reflejar otros sectores de la realidad nacional que quizás sientan lo mismos pero adoptan otra conducta ante la crisis.

Nos referimos al Agro nacional, que exhibe algunos datos que permiten recomendar “que no cunda el pánico”.

Nos hemos detenido en 2 datos:

La facturación por la venta de maquinaria agrícola, que en el olvidable año 2020, creció un 77/2 % y que alcanzó la cifra de 100.000 millones de pesos y que lleva a la Cámara de la Maquinaria Agrícola a titular en su página web del 16 de marzo de 2021 “Lluvia de inversiones en la industria de la maquinaria”. Dando así datos concretos con nombre y apellido de las empresas que están haciendo “llover” inversiones con indicación hasta de sus montos. Y a su vez, agrega que las empresas están invirtiendo en proyectos para incrementar la capacidad de producción y sumar mayor tecnología a sus procesos fabriles.

Y un segundo dato, brindado por Fertilizar Asociación Civil, que dedica a la promoción de la fertilización en el Agro y que informa que en el “nefasto” 2020 se produjo un incremento de esa actividad del 7 % superior al año anterior llevándose a más de 5 millones de toneladas de producto.

Se reconocen la crisis y las dificultades, pero también debe admitirse que la situación no es monocorde y que existen sectores que pese al catálogo de calamidades, siguen con su política de inversiones, tales como la maquinaria agrícola y los fertilizantes. Es decir, subsectores que podrían haber diferido inversiones pero entendieron (tendrán sus valederas razones) que no debían ni podían aflojar

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